Abriendo el corazón (1era. Parte)
El mismo día
New York
Karina
Había tratado de mantener la compostura, de mostrarme fuerte frente a Lance, pero en cuanto comenzamos a discutir, todo lo que había intentado reprimir explotó. Su forma de mirarme, como si no entendiera nada, como si esperara que yo me entregara sin miedo, me hizo perder el control. Y entonces dije lo que nunca debí decir: que lo nuestro no había significado nada. Que fue solo físico. Mentí. Lo hice para protegerme. Para no sentirme vulnerable. Para no darle el poder de romperme. Pero me rompí yo misma.
Y en este instante sigo encerrada en el baño, abrazándome las piernas mientras me siento en el suelo frío, y mis lágrimas no cesan. Las palabras que le dije resuenan en mi mente como cuchillas: "no sentí nada." ¿Cómo pude?
Mi rostro está empapado. Me limpio los ojos con la manga, pero el llanto no para. Me duele el pecho, como si el corazón se me hubiera encogido. Tengo miedo. Miedo de haber arruinado algo que podría haber sido real. De haberlo perdido sin