Quince días después
New York
Lance
Como mamá lo dispuso, invalidamos el trato con Harry Johnson. Su dinero fue transferido a una cuenta a nombre de su hija. Tal como esperábamos, el padre de mi amiga enfrenta cargos por la muerte de Rogelio López.
Karina, mientras tanto, termina unos proyectos para la empresa.
Y yo… por primera vez siento que puedo respirar. Que todo empieza a tomar forma. Ahora estoy con mamá, revisando mis planes.
—Mamá, escúchame —le digo, apoyando el vaso de agua sobre la mesa—, si conseguimos dos barcos cargueros podríamos dejar de depender de las tercializadoras. Sería un paso enorme.
—Sí, Lance —responde distraída, los ojos perdidos en algún punto de la ventana—. Me parece perfecto.
—¿Qué te pasa? —frunzo el ceño, inclinándome hacia ella—. Estás ausente… ni siquiera escuchaste la mitad de lo que te dije.
—No es nada, hijo, solo… cansancio.
—Mmm.. —la miro un instante—. A todo esto, nunca te pregunté qué pasó en la lectura del testamento del viejo. ¿Me dejó algo?