Capitulo Cuarenta y dos.

Cuando el día estaba casi terminando Alexander recibió la noticia de que Edmond Bach pedía una reunión urgente con él algo que lo sorprendió, su mente de empresario no le daba ningún indicio de lo que ese hombre pudiera querer con él aunque claro que no desaprovecharía tal oportunidad.

—Alexander me dijo Miriam que estabas buscándome, ¿qué sucede? —la euforia del CEO disminuyó un gran porcentaje solo por ver la palidez en el rostro de Sofía y, sin demora alguna, llegó a su lado para tocar sus mejillas y sentirlas heladas.

—Cariño. ¿te encuentras bien?, estás muy pálida y helada. —fue lo primero que dijo, olvidándose por completo de lo que para él siempre había sido una de sus prioridades, su lugar como CEO perdió importancia en aquel instante, al igual que el próspero negocio que podrían conseguir con la visita de Edmond, y todo por qué Sofía estaba pálida, si eso no era amor, que lo partiera un rayo en ese instante, se dijo Alexander, porque además de Bautista, nada lo había hecho de
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