13. La Fachada de Pareja
Julieta se quedó de pie, observándola con una copa de vino. Su postura era elegante, pero la sombra que proyectaba en la pared era la de un depredador.
—No tienes nada que decir —afirmó Julieta, sin rodeos—. Matteo te humilló con Lucía porque te teme. Pero tu padre te humilló primero para proteger su propio legado. Lo que hagas mañana no es obediencia a ellos, es el precio de tu propia paz.
—Es mi precio, señora —respondió Isidora, con voz plana, asimilando la amargura de la verdad.
—Perfecto. El precio es la farsa. Mañana, firmarás la cesión de acciones con una sonrisa. Dirás a la prensa que es un gesto de amor y confianza hacia mi hijo. Le quitarás a Matteo el placer de verte vencida por el negocio, y aceptaras cada gesto de afecto público.
—No voy a mentir.
—Lo harás. —Julieta dio un paso hacia ella, el vino tinto ondeando levemente—. Si no lo haces, yo misma me encargaré de que la prensa desentierre la historia de Alicia San Martín y el suicidio de Filipa Rivera. ¿Prefieres que el