Capítulo: La Mente del Monstruo

El eco de las puertas de la celda resonaba como un metrónomo sombrío. Fabricio Castiglioni se había vuelto una sombra elegante en medio de las rejas: camisa planchada, cabello pulcro, rostro imperturbable. Pero detrás de esa apariencia de recluso ejemplar, la tormenta era cada vez más oscura.

Se sentó en la silla de hierro, desplegó su carpeta como si se tratara de planos de obra, pero no eran muros ni columnas lo que dibujaba en esos papeles era su venganza. Una lista con nombres, fechas, pasos. Como si fuera un arquitecto de la destrucción.

El profesor Altamirano había pasado esa misma mañana a dejarle otra "pequeña motivación" según él ingenuo señor,una foto capturada frente al jardín de infantes. Alejandra, con su cabello suelto y la carpeta llena de planos de la clínica en una mano, sonreía mientras tomaba de la otra a Alejandro, que salía saltando con una mochila con forma de dinosaurio.

Fabricio apretó los dientes.

—Tan felices... pensó