Capítulo – El Plan Desde la Sombra
La sala de talleres de la prisión tenía ese olor a tiza vieja, libros usados y desinfectante barato que a Fabricio ya no le molestaba. Todo era parte de su nueva fachada.
Vestía prolijo, con la ropa reglamentaria, el cabello peinado hacia atrás y su carpeta bajo el brazo. La imagen del preso modelo. El que se rehabilita. El que merece una segunda oportunidad.
El Profesor Altamirano entró con su andar pausado, saludando con su típica sonrisa serena. Llevaba su maletín lleno de apuntes y esperanzas. Lo admiraban por venir todos los martes y jueves a dar clases de apoyo a los internos. Pero Fabricio no lo admiraba. Lo necesitaba.
—¡Profesor Altamirano! —exclamó con una voz entusiasta, poniéndose de pie—. Qué gusto verlo, como siempre.
—Hola, Fabricio. Veo que ya tenés los apuntes listos. ¡Así me gusta! Fabricio.
—Claro, profe. Uno tiene que aprovechar cada segundo para cambiar. ¿No?
Altamirano le dio una palmada en el hombro.
—Es bueno escuchar eso.
—Y