Deseas ser ella.
Samantha
—Mira. ¡No cierres los ojos, Sam! — sujetó mi rostro, su boca estaba en mi oreja y pegaba mi cuerpo al suyo, en mis nalgas desnudas podía sentir su erección que empujaba por encima de la tela de su pantalón. Frente a nosotros había un espectáculo que jamás pensé ver en vivo, es decir, ¡era porno frente a mis ojos! —¿Te gusta lo que ves?
¿Y qué veía?
Veía a una mujer en medio de dos hombres, siendo penetrada respectivamente por ellos, el que estaba en frente sujetaba sus piernas y ambos compartían el peso de ella, Piero me empujó hacia la escena, ellos ni se inmutaron, era como si no les importara que hubiese público, a ninguno de los que nos rodeaban, estábamos en un mar de cuerpos, ellos atentos a lo que hacían y nosotros observando.
—Quiero… salir de aquí, Piero.
—¡Que mires! — sus dedos se clavaron en mi rostro—. Mírala, Sam. Observa como disfruta. — Deslizó su mano por mi vientre—. Tu cuerpo está caliente, ¿qué ves? ¿te gusta como gime? ¿Te gusta ver cómo se deja someter