Gracia
—¿Qué haces aquí, Gracia? —Carmen me bloqueó el paso a la habitación donde estaba Tristán.
La gente de recepción se negó a hablar sobre su estado, así que tuve que ir personalmente. Pero antes de que pudiera entrar, Carmen apareció frente a mí y se negó a apartarse.
—Carmen, estoy aquí para ver cómo...
—Me enteré de lo que pasó. —Dijo, sin dejarme terminar.
Estaba a punto de decirle que solo quería ver cómo estaba Tristán y luego marcharme, pero ella no parecía dispuesta a escuchar nada. Se veía... diferente. Sus ojos ya no eran amables y sus labios ya no sonreían.
Mi pecho se oprimió.
—Esteban... no causó ese accidente.
Debía estar enfadada porque creía que fui responsable del estado de Tristán.
—Lo sé. —Carmen parpadeó con calma, sorprendiéndome.
Inconscientemente, di un paso adelante y pregunté. —¿Sabes quién lo hizo?
Carmen miró mis pies, luego levantó la vista y un destello frío cruzó sus ojos, pero desapareció antes de que pudiera entender la razón.
—Fue un accidente. Un c