—¿Qué te pasa? —preguntó Kayla. Viendo en el rostro de Hades un profundo miedo.
Nota cómo su respiración está tan agitada. Su frente y las partes descubiertas de su cuerpo están completamente húmedas por el sudor. Es como si hubiera visto al mismísimo demonio en persona. Lo que desconcierta a Kayla.
Hades por su parte intenta calmarse. Viendo el rostro inexpresivo de su compañera. Omite la pregunta que le han hecho. Se pone de pie sin importarle que la arena se haya pegado a su cuerpo debido a la humedad. Quiere alejarse de Kayla no quiere que lo vea así.
Kayla ve con atención cómo él la ignora. Es como si su mente estuviera muy bloqueada. Le dan ganas de dejarlo así; son cosas que a ella no le interesan. Sin embargo, de nuevo esa voz interna no la deja tranquila. A pesar de que el la trato peor que a un animal. Su lado compresivo no le permitirá dejarlo así. Por primera vez en su vida quisiera dejar ese lado amable. Sin embargo no puede evitarlo.
—¡Hades! —lo llama con un