Lara
En estos días que han transcurrido desde que estamos en el dulmo y visitando otros, he mejorado mis poderes y ya los domino con facilidad.
Hemos recorrido diferentes dulmos y analizamos sus puntos débiles, las brechas por donde podemos colarnos para recrear el pasado en la noche, cuando nadie nos vea.
En estos días, Arion duerme en mi habitación, pero no en la cama conmigo, sino que tira una frisa en el suelo y se acuesta allí, y se lo agradezco.
No me siento cómoda al tenerlo a mi lado en la misma cama; no después de haber estado con Killiam, de que todavía siento los corrientazos de esa noche recorriéndome la piel, de que todavía sueño con sus besos y sus caricias.
No ahora que mi loba gruñe cada vez que Arion tiene algún contacto físico conmigo.
—Esta noche iremos a varios dulmos, incluyendo el dulmo donde naciste y te criaste. Necesito ver los ataques, lo que buscaban. Así que descansa ahora, come bien, para que estés preparada. Nos iremos antes de la medianoche. Yo dejaré