Narrador desconocido
El viento jugueteaba con su cabello rosa pálido con complicidad, mientras sus labios sonreían con una gracia que me envolvía y me hacía suyo.
Dicen que los faes son hermosos, que su encanto es un peligro, un arma que nos aprisiona y destruye lentamente.
Y estoy de acuerdo; sin embargo, ella era diferente.
Namera no solo poseía la belleza etérea de su especie, también su alma era noble, pura, inocente y más dulce que la miel.
Mi hermosa Namera.
Me obsesioné tanto con ella que rechacé a mi inservible mate. Por supuesto, nunca le dije la verdad, solo que mi compañera destinada fue asesinada cuando descubrí el lazo.
Una pequeña mentira que no le hacía daño a nadie.
Y Namera se enamoró de mi sabiduría, de todas las historias que le contaba, porque me gusta leer y descubrir nuevos conocimientos.
Un fae escribió sobre Faesya y nadie creía que fuera cierto.
Yo sí lo creí, y mi influencia hizo que mi amada Namera también lo hiciera.
Esa tarde, su piel lucía más ruborizada