Capítulo 30
Lara

Sobre la cama, me froto la barriga, todavía plana, mientras contemplo el techo. Cierro los ojos y me sumerjo en los recuerdos...

Me veo tímida, asustada y avergonzada en un rincón de la lujosa habitación donde dormía junto a Killiam.

Ya habían pasado algunas semanas desde que fui nombrada su luna, pero todavía no me había reclamado porque yo no me había adaptado a mi nueva realidad; sin embargo, lo deseaba con locura, aunque no me atrevía a hacérselo saber.

Era muy vergonzoso.

Esa noche, la luna estaba llena y su luz plateada se colaba por la ventana, contrastando con la oscuridad de la habitación.

El sonido de la ducha cesó, lo que me confirmó que él ya se había bañado. Tras ducharme yo, en vez de acostarme como hacía todas las noches, me quedé fuera de la cama, con mi bata transparente puesta y sin nada debajo.

Mi intención era seducirlo, pero ¿cómo se hacía eso? Había escuchado conversaciones entre la servidumbre sobre cómo seducían a sus machos, y me quedaron algunas ideas —c
Angie Pichardo

Lara nos resultó golosa. Jajajaja

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