"Cuando la justicia despierta, el crimen se retuerce. Pero no sin antes escupir su veneno más letal."
Las puertas del Palacio de Justicia se abrieron a las 8:00 a. m. con un eco sordo que parecía el anuncio de una era distinta. Por primera vez en años, **la palabra “Montenegro” aparecía en carpetas oficiales**, no como benefactora, no como aliada estratégica, sino como **investigada formal**.
La fiscalía había recibido suficiente presión. Suficiente evidencia. Suficiente indignación pública. Las pruebas entregadas por los senadores quebrados, el testimonio sellado de Julián, la colaboración de exaliados financieros y una lista creciente de víctimas... todo apuntaba a un solo centro: **Isabel**.
—Hoy, iniciaremos las diligencias judiciales correspondientes —dijo el Fiscal General frente a la prensa—. Habrá audiencias públicas. Convocaremos a testigos clave. Se aplicará la ley, sin excepciones.
Tomás, desde un vehículo en movimiento, escuchaba en silencio.
—Está funcionando.
—Es solo el