El centro comercial estaba lleno de vida: risas, música, niños y muchas luces. Amanda era el tipo de amiga que siempre lograba arrancarte una sonrisa, incluso cuando el mundo parecía torcerse. Desde que nos conocimos en la secundaria fuimos inseparables, luego fuimos juntas a la universidad y recién nos separamos al elegir la especialidad y ahora por circunstancias de la vida terminamos siendo familia.
Era extrovertida y directa mientras que yo era la introvertida y la tenía una habilidad especial para notar cuando algo andaba mal, hoy fue lo primero que vi cuando nos saludamos.
- Tienes una mirada rara - le comenté mientras entrábamos a una tienda de ropa de fiesta -. Estás preocupada por algo?.
Soltó una pequeña risa. - No es tan simple, hay muchas cosas pasando y estoy abrumada - respondió con un dejo de melancolía -.
- Nunca lo es - le dije guiñándole un ojo - Pero sabes que siempre voy a estar acá para lo que necesites, somos hermanas antes que cuñadas.
- Gracias amiga.- Me abraz