80. El último brindis
Nadie sabe cuándo el adiós se convierte en el final.
El brindis de los hombres
El viñedo Moretti brillaba bajo las luces cálidas que colgaban entre los árboles. El aire estaba impregnado del aroma a vino tinto y madera, y las risas se mezclaban con el murmullo de copas chocando.
Era una noche tranquila, casi perfecta. Una de esas noches que se graban en la memoria justo antes de que algo cambie para siempre.
Nico estaba en el centro de la escena, con el saco abierto y la sonrisa de quien quiere creer que el pasado ya no lo persigue. A su alrededor, los hombres del clan bebían, contaban anécdotas, y fingían que aquello era una simple celebración. Pero todos sabían lo que significaba realmente: la despedida de uno de los suyos.
--Brindemos por el hombre que tuvo el valor de hacer lo que pocos se atreven --dijo Luca, levantando su copa con una sonrisa tenue--. Por Nico Bianchi, que decide buscar su propio destino… y que ojalá no se arrepienta de ello.
Las risas resonaron. Algunos lo apla