95. Los fantasmas también sangran
Respirar no alcanza
Noche. Barcelona. Puerto industrial abandonado.
La lluvia fina arrastra el olor a sal y óxido. Las luces de los barcos estacionados iluminan el muelle con destellos intermitentes, como pulsaciones de un corazón enfermo.
Luca Moretti apoya las manos en la baranda metálica, mirando al agua negra sin realmente verla. La reunión de hace una hora --un acuerdo con empresarios locales para lavar dinero a través de inversiones inmobiliarias-- había salido perfecta. Aséptica. Controlada. Sin errores.
Y sin embargo, él se sentía al borde de romper algo.
Algo interno.
Un músculo invisible en el pecho que llevaba meses tensándose.
Detrás de él, la figura de Matteo aparece en silencio, como siempre hace cuando sabe que Luca no quiere compañía y, aún así, la necesita.
-- ¿Vas a seguir mirando el agua o vas a decirme qué carajo te pasa? --pregunta Matteo, apoyándose a su lado.
Luca no responde. El agua golpea los pilares del muelle con la misma insistencia con la que su corazón g