¿Por qué nos gustan otros chicos teniendo novio? No tengo idea, y Karla, que es experta en eso, tampoco me ha dado una respuesta decente. Entramos a una tienda de discos sin esperar nada, solo para apurarla porque estaba de intensa con no sé qué drama. Pero ahora estoy aquí, con el corazón acelerado, viendo a un pedazo de cielo que, claramente, no es para ella. Amo a mi amiga, pero este chico está en otra liga, ¿me entiendes? Karla no disimula: voltea hacia él como desesperada, mientras él acomoda discos en un pasillo. Yo observo desde el stand de rock, fingiendo interés en un vinilo de Metallica.
Karla se arregla la ropa, se alborota el cabello y agarra dos discos al azar, como si supiera de qué van. Camina hacia él con una sonrisa que grita “quiero devorarte”. El chico, que es guapísimo, le responde con una sonrisa que derrite. Tiene ojos color miel, cabello desordenado y una vibra que te hace olvidar cómo respirar.
—¿Crees que estos discos sean buenos? —pregunta Karla, mostrándole