Capitulo 17. El Gambito de la Reina
El informe sobre Abril no fue un recordatorio. Fue un ultimátum. Las palabras "vigilancia anómala" ardían en mi mente, borrando todo lo demás. El lujo del ático se transformó instantáneamente. Las paredes de cristal ya no mostraban una vista impresionante; mostraban un mundo del que estaba desconectada, un mundo donde mi mejor amiga caminaba hacia una trampa mientras yo estaba aquí, a salvo y terriblemente impotente. La seda de mi vestido se sentía como una camisa de fuerza. La jaula nunca había sido tan pequeña, tan asfixiante.
La desesperación es un ácido. Corroe la paciencia, disuelve el miedo. Mi plan a largo plazo, mi sutil juego de ajedrez, se hizo pedazos. Ya no podía permitirme esperar el momento perfecto. Tenía que crearlo. Ahora.
Encontré a Alessandro en el salón, de pie frente al ventanal, observando la ciudad con la espalda hacia mí. La tableta de seguridad todavía estaba sobre la consola, una bomba de relojería silenciosa entre nosotros. Avancé, mis pasos resonando en el