Mundo ficciónIniciar sesiónLa sangre en los labios de James brillaba bajo las luces fluorescentes como rubíes líquidos.
Adrian no podía apartar la mirada, su cerebro aún procesando las palabras que su hermano acababa de pronunciar. Palabras que desafiaban toda lógica, toda realidad que había conocido durante años.
"Yo maté a Catherine, no tú."
—¿Qué? —Adrian repitió, su voz quebrándose—. Pero yo... yo la envené. Cada noche. Arsénico en su vino. Durante meses vi cómo se debilitaba, cómo...
—No —James lo interrumpió, tosiendo más sangre—. Tú... le dabas dosis... pequeñas... Tan pequeñas... que habrían tardado... años...







