08. Mi asistente
«Cuando el amor llega, te entorpece.»
Livia no había olvidado las palabras de Bastian. Eran como una espinita puyando en su cabeza, enterrándose en su alma.
—Entonces, ¿vas a decirme cómo te fue en tu primer día en la oficina o esperas que lo adivine? —preguntó Kala, entrando a la sala de la residencia Collin.
—No hay mucho que decir, solo estuve mediodía, Kal.
—Unas cuantas horas —respondió Kala, sentándose en el sillón—. Pocas horas en las que pudo pasar mucho.
Livia suspiró. Era imposible que Kala no preguntara y conociéndola cómo lo hacía, sabía que no quitaría el dedo del renglón hasta que le contara con pelos y señas lo que había sucedido. Pero, ¿por dónde debía empezar? ¿Por Garrett o por la gente que cuchucheaba de ella por los pasillos?
Ni siquiera tuvo tiempo de decidirse. La presencia de Allan en la sala rompió el ambiente. Livia se puso de pie.
—¿Podemos hablar? —preguntó el hombre, sin ver a Kala. Tenía los ojos verdes fijos en el rostro de Livia, como s