07. Un almuerzo privado
Livia no llamó a Garrett durante el resto de la mañana. Dispuesta a ignorar su presencia, revisó las carpetas que tenía sobre el escritorio, pero sinceramente. No era capaz de concentrarse, no podía dejar de pensar en sus palabras.
¿Era ella quien estaba confundiendo las cosas? ¡Dios! Era muy posible que no estuviera siendo objetiva. Después de todo, ¿qué fue lo que él hizo mal? Se marchó, sí, pero nada lo retenía en San Antonio en ese momento.
Ellos no tenían nada sentimental, ni siquiera existía amistad entre ellos. No, Garrett Lexington no estaba obligado a quedarse a su lado.
Por el contrario, él había hecho mucho con quedarse para apoyarla. Garrett no le había mostrado ningún otro tipo de interés. Entonces, ¿por qué diablos se estaba ahogando en un vaso de agua?
Sobre todo, cuando existía la posibilidad incluso de que su partida tuviera más que ver con ella que con él. No porque le estuviera huyendo, sino para evitarle a ella la vergüenza de disculparse po