66. Dependemos de ella
El silencio que llenó el jardín solo era roto por la respiración agitada de Livia. Su mano cayó sobre su regazo; evitó la mirada de Garrett mientras digería la noticia. Un nudo se formó en su garganta.
—Yo no lo sabía, Livia, incluso Isla desconocía su estado. Todo pasó tan rápido que no tuve tiempo de pensar.
Livia se humedeció los labios secos.
—¿Por qué no se lo dijiste? —preguntó tratando de serenarse. Lo que sucedió entre Isla y Garrett antes del accidente no debía afectarle.
En ese tiempo, ella ni siquiera lo había conocido ni por su cabeza pasaba que iban a tener algún tipo de relación. Así que no tenía motivos para montar un escándalo, aunque sí le daba curiosidad saber.
—Luego del accidente, ni siquiera tuve oportunidad de hablar con ella, Livia. La condición de Isla era de gravedad; fue por eso que tuve… —Él hizo una pausa—. Ya sabes, tuve que casarme con ella para salvarla.
—Eso lo tengo clarísimo. Asumiste una responsabilidad que no era tuya, pero…