32. He sido una desgracia en tu vida

Nova abrió los ojos como platos, se quedó de piedra al escuchar a Knox. Ella estaba segura de que Aiden no dudaba de ella. Se lo había demostrado innumerables veces. Desde que se enteró de que la bebé era su nieta, se mostró muy atento. Siempre pendiente de lo que necesitaba o llegara a necesitar. Él y Zaria fueron como unos padres para ella, pero entonces, ¿por qué lo había hecho? ¿Nada era lo que parecía?

—Mi padre solo quería demostrarme con hechos la verdad. Quería que asumiera el precio de mi error.

Nova se apartó del toque de Knox. De repente era como si el simple roce de su piel le quemara. Se dirigió a la sala y se sentó en el sillón; sabía que Knox iba a seguirla. Esta conversación estaba lejos de terminar.

—No voy a obligarte a decirme el motivo por el qué te fuiste. Ya no soy el mismo y quiero que lo descubras por ti misma, sé que mis palabras no son garantía de nada. Pero hay algo que, si deseo pedirte, Nova —dijo, dándose cuenta de qu