31. No insistas
31. No insistas
Knox había tenido roto el corazón más de una vez. De hecho, aprendió muy pronto a vivir de esa manera, pero ese “quédate, papito” de Nikki no solo se lo rompía como hombre, sino que le quemaba hasta lo más profundo del alma.
Él observó a Nikki con ternura infinita. Quería decirle que durmiera tranquila, que él no pensaba moverse de allí hasta que despertara de nuevo. Deseaba darle la seguridad de que, a partir de ahora, estarían juntos; sin embargo, no podía olvidar de que aún había muchas cosas que resolver.
La primera de ellas, era hablar con Nova y pedirle, suplicarle, si era necesario, que le permitiera estar cerca de Nikki y formar parte de su vida. Ya se había perdido los primeros años, pero se negaba a dejar pasar un solo día más.
Tenía suficiente con cinco años viviendo a las sombras, anhelando, deseando poder estar junto a ellas.
—La llevaré a su habitación —pronunció con la voz ronca, cargada de emoción. Sentir los dedos de Nikki aferrarse a su ropa era conmo