10. Todo menos la verdad.

Nova se giró lentamente, rogando para que esa mujer no se estuviera dirigiendo a ella, pero al encontrarse con la tipa, no le quedó duda. Estaban solas.

—¿Perdón? —preguntó Nova, mirándola fijamente.

Caroline abrió los ojos como platos al darse cuenta del estado de Nova. Dio un paso atrás.

—Estás embarazada —gruñó con rabia.

Por instinto, Nova se cubrió el vientre. Era imposible de ocultar su estado y no tenía motivos para hacerlo. Ella ni siquiera conocía a la mujer que la acusaba.

—Sí, y me temo que no tiene nada que ver con usted, señora —respondió, dando un solo paso atrás, pues topó con el peldaño de la entrada.

—¿No tiene nada que ver conmigo? —preguntó. Los ojos le brillaron con furia—. Te equivocas, perra. Tiene todo que ver conmigo. ¿Acaso no sabes quién soy yo?

Nova negó.

—No, y no me interesa seguir escuchando sus insultos, señora. Estoy en mi trabajo y nadie me paga para recibir insultos —espetó, cansada de ser el costal de boxeo de medio mundo.