Caesar estaba en la puerta del apartamento esperando por mi, yo pasé sobre el y camine con rapidez al ascensor.
— Te vas conmigo, ya te dije que no te harás nada estúpido — Me dijo.
— No me haré nada estúpido, pero si algo lindo — Le dije.
— ¡Kendall! — Me grito.
Yo seguí caminando y espere el ascensor, cuando se detuvo en mi piso entre y le pique el botón para que bajara, Caesar se subió al ascensor rápidamente antes que bajara.
— No te harás nada, de eso me voy a encargar yo — Me dijo.
De verdad que Caesar daba mucha pereza, este tipo necesitaba una buena sacudida.
— ¿Te gustan las alturas? — Le pregunté.
César me miró y nego con la cabeza.
— Este fin de semana me tírate de un acantilado, deberías venir — Le dije.
— Prefiero mil veces que te hagas el tatuaje — Me dijo.
Yo sonreí un poco, este tipo había abierto la caja de Pandora y ahora tenía que aguantar todos sus males.
— ¿Eres muy anticuado, cuando fue la última vez que te divertiste? — Le pregunté.
— me divierto de manera sana,