Mundo ficciónIniciar sesiónLa mañana había comenzado tranquila en la mansión. Caroline se movía por la cocina con paso lento, un delantal claro anudado a la cintura y el cabello recogido de cualquier manera. Probaba una nueva receta de galletas, concentrada en medir con cuidado la harina mientras la bebé dormía en el moisés junto a la ventana, envuelta en una manta de hilo.
El aroma a mantequilla y vainilla llenaba el aire, dándole a la casa una calidez hogareña que Caroline apenas empezaba a reconocer como propia. Mariano entró en silencio, se detuvo un instante en el umbral, solo para mirar la escena, Caroline tarareando bajito, con un mechón rebelde que se había escapado de su recogido, y la bebé emitiendo un pequeño suspiro en sueños. No pudo evitar sonreír. - “Si sigues así, voy a tener que contratarte como repostera oficial de la mansión”, dijo Mariano finalmente, haciéndola sobresaltarse un poco. - “






