Mientras Alicia tenía las manos en su volante el teléfono suena, ya conoce aquel número, es más, ella lo asocia con el demonio, pero decide contestar aquella llamada.
— ¿Qué quieres? — su voz se escuchó un poco dura — ¿Estás siguiéndome?
— ¡No! — Su poderosa voz se escuchaba al otro lado de la línea.— Nada más estoy protegiéndote, hablaremos en tu Empresa.
La llamada culmina y Alicia emite un largo y pesado suspiro, continuando con el rumbo a Morgan Enterprises.
Cuando llegaron el ambiente en la Empresa estaba cargado de una expectación sofocante. A pesar del aire acondicionado, los empleados sentían cómo el calor de los rumores y las miradas de los periodistas apostados fuera se colaba entre las paredes de cristal. Y como si la tensión no fuera suficiente, una presencia aún más intimidante se abrió paso entre ellos.
Dante Moretti avanzaba por el pasillo principal con pasos firmes y calculados, su sola presencia dominando cada rincón del edificio. Su traje negro estaba perfectamente e