69. Secretos enterrados
El salón de juntas del Imperium Tower era un escenario digno de una guerra moderna: paredes de mármol, una mesa de cristal que reflejaba los rostros tensos, y una vista panorámica de la ciudad bañada por la luz gris del mediodía.
Viktor D’Amelio lo esperaba, acompañado de su asistente. Su porte era elegante, pero sus ojos, duros como el acero, no disimulaban la tensión.
Eryx entró sin anunciarse. Su sola presencia hizo que la temperatura del ambiente descendiera.
—Supongo que sabes por qué estoy aquí —dijo, cerrando la puerta detrás de él.
Viktor se acomodó el cuello de la camisa.
—He oído rumores. Pero si vienes a hablar de negocios, podrías haber pedido una cita.
—Esto no es una cita —respondió Eryx, acercándose a la mesa —Es un aviso.
Los dos hombres se miraron, midiendo cada respiración del otro.
—Shaya escuchó tu conversación con Emilia —continuó Eryx —Y ahora sabemos la verdad.
—¿Qué verdad? —preguntó Viktor con tono sarcástico.
—Que Santiago Pavón podría ser tu hijo.
El silen