40. Evento De gala Élite
El salón principal del Hotel Imperial estaba adornado con un lujo casi excesivo. Lámparas de cristal brillaban como pequeños soles, y las mesas vestidas de blanco relucían con copas de champaña y vajilla de plata. La élite empresarial, política y social estaba reunida allí para celebrar una nueva fusión entre compañías internacionales. Pero más allá de los negocios, la gala era un campo de batalla donde cada gesto, cada palabra y cada mirada eran armas.
Cuando Shaya entró, lo hizo con la majestuosidad de una emperatriz que no necesita corona. Su vestido negro, de seda ceñida y escote elegante, parecía haber sido diseñado para dominar la atención de todos. El cabello, corto y perfectamente peinado, enmarcaba un rostro sereno y poderoso. Cada paso con sus tacones resonaba como un recordatorio, ella ya no era la mujer que habían humillado, sino la que había aprendido a reinar.
Las conversaciones se apagaron por un instante. Todos los ojos se giraron hacia ella. Algunos con sorpresa, ot