—No puedo permitir que saquen al niño del hospital, él necesita atención médica constante. Debemos monitorear cada ciertas horas que su glucosa no suba y que su evolución luego de la cirugía sea satisfactoria. En este momento, trasladarlo, podría afectar su recuperación. El más mínimo golpe pondría en riesgo su vida —dijo el doctor, negándose a darle el alta a Mateo.

Savannah miró al hombre sintiéndose acorralada, gritándole con los ojos que la ayudara, que se negara a la orden de Massimo. Pero no era que pudiera hacer demasiado cuando la mujer a su lado no le había dado ninguna otra salida. Sí o sí debían ir con ella.

—Entiendo su preocupación, doctor. Pero le aseguro que el niño tendrá toda la atención médica que requiere. No vamos a ponerlo en peligro bajo ningún motivo, pero debe entender que debemos llevarlo con nosotros. En casa estará más cómodo —intervino Giuliana, hablando con diplomacia y seguridad—. Mi jefe jamás arriesgaría la vida de su hijo.

El doctor miró a Savannah, ha