Bajo las escaleras, con los ánimos un poco más elevados. Me siento más dispuesta a como estaba hace media hora atrás.
Maximilian realmente me logró desestabilizar.
Antes de salir de mi habitación, decidí cambiarme el vestido por algo más adecuado para caminar por todo el castillo. Escogí un pantalón de lino corte alto en color beige que ajusté con un fino cinturón negro y combiné con una blusa manga larga de la misma tela. Es un atuendo fresco, cómodo y adecuado para lo que haré. Y en vez de usar unos stilletos, escogí unos mocasines para hacer más cómodo el paseo.
Espero que le guste a Emma, porque esta vez escogí todo por mi cuenta. Y no es que no sepa hacerlo, es que eso es parte de su trabajo y sé lo quisquillosas que pueden llegar a ser cuando no las dejamos.
En mi mano brilla el aro de bodas, al igual que el diamante de compromiso que Maximilian me envió como si hubiera enviado un correo a Inglaterra. No soy de usar accesorios diferentes, al menos que sea en alguna conmemoración