Corleone estaba sorprendido. No había esperado aquello, pero ¿cómo podría haberlo hecho? Nunca había logrado anticipar con precisión los movimientos de su padre. Ennio Fioravanti era un hombre astuto, calculador y jamás daba un paso en falso. Aunque parte de su éxito en la política se debía a su vínculo con Bernardo, no habría llegado tan lejos si no fuera un hombre inteligente y que se anticipaba los movimientos de sus oponentes.
Corleone dejó escapar una breve sonrisa y sacudió la cabeza con incredulidad.
—Eres un zorro astuto.
Su padre le devolvió la mirada por un instante antes de volver a centrar su atención en Esaú.
—Aún hay detalles que necesitan ser investigados —dijo con calma—. Había un límite de cosas que podía indagar antes de que comenzara a levantar sospechas y él se diera cuenta de que era yo quien estaba detrás de todo. No podía arriesgarme a que me descubriera antes de reunir tantas pruebas como fueran posibles. Aun así, esto los guiará en la dirección correcta y les a