Era luna nueva, la contemplaba desde el balcón de su habitación. No solo a la luna, tambien a las estrellas. Con el más grande anhelo de ver a su hermana y a su madre regresar.
—Espero que mi hermana cumpla su promesa. Quiero que estén el parto de nuestro hijo.
—Lo estaran. —León le susurro al instante. Este no paraba de acariciar su vientre.
—Tengo miedo que no las dejen venir.
—Confia en tu hermana. Será ladina... fashion. Pero es muy inteligente.
—¡Sí! —Le contesto con ánimo. —Lo de fashion le queda bien. Amé todas las cosas lindas que le trajo a nuestro bebé. León Soledo Badin estará muy agradecido de los regalos de su tía.
—Ni sueñes que le pondrás Soledo a mi primogénito. —Lo decía más por chiste.
Tenía un nombre hermoso para el demonio que crecía en su interior.
—«¡Grrr!». Te tocará soportar, León...no olvides que soy muy fuerte. —Intento ponerse de pie, luego de permanecer casi una hora recostada de él.
La acción brusca quizás fue la detonante para que