—¡Maldita bruja!. —Sus ojos se clavaron en el, con la misma hazaña desafiante que la primera vez.
—Kairon Loguember.—La escucho susurrar con altivez. Menospreciandolo, no solo el, también a las sombras que estaban a su espalda.
El ardor del abandono quemaba, sin apenas un soplo de arrepentimiento. Una bruja soberbia...seguía siendo tal cual.
—«¡Grrr!».—El Oscuro silencioso quedó en tercer lugar lugar junto a su escolta demoníaca blindada de acero. Para él, todo era esa bruja. Se acercó mas a ella. —Bienvenida...reina Carmesí.
—A eso vine, pero con una condición. —Vieda también se acercó a él, luego de reparar en las sombras que estaban cerca de ella. No le importo su cercanía con su bruja. Los demonios del Oscuro por lo regular era huecos. —Quiero que liberes a Sol Grey...—se freno un instante, el mismo que tomo para señalar hacia una carreta que estaba casi al final de la caravana. —Tambien quiero que le pidas al Oscuro que libere a Leoncio.
Miro al ser enmascarado que ya se había