20 – NECESITO PROTEGERLA

Lo que Viktor no esperaba, sin embargo, era que Malú, por su madre, estaba dispuesta a no rendirse. Lucharía por su libertad. No sabía cómo, pero encontraría la manera de salir de aquel lugar. Usaría lo mejor que tenía para eso: su inteligencia. Pero, para lograrlo, tendría que mantener el autocontrol.

Decidida a pensar en cómo escapar de allí, se envolvió en las sábanas y ya estaba levantándose de la cama para entrar en el baño, cuando Viktor, deleitado con su belleza, retrocedió en la entrada de la habitación y la sujetó por el brazo, pegando su cuerpo al de ella. Una nueva oleada de repulsión se apoderó de Malú. Entonces, él susurró en su oído, con la voz cargada de pura malicia:

— Espero, pequeña, que entiendas que lo que hiciste conmigo fue un trato. Y, como bien sabes, cuando se hace un trato con el diablo, hay que cumplirlo… o pagar el precio después.

Sus ojos brillaban con maldad y lujuria, asustando y asqueando a Malú. Pero, a pesar de todo el rep