Capítulo 919
Yo no creía que Camila pudiera mantener esa fachada perfecta para siempre.

La verdad, tarde o temprano, saldría a la luz.

Y cuando eso pasara, entre Mateo y yo ya no habría tanta discordia.

Miré su expresión complicada y lo jalé para que se sentara junto a la ventana.

La comida en la bandeja se veía apetitosa, con buen color y aroma.

Le pregunté:

—¿La cocinaste tú?

Guardó silencio un par de segundos y asintió.

Probé un bocado. El sabor era de verdad bueno.

De verdad, uno podía cuestionar si en la cama era o no competente, pero lo que no podía ponerse en duda era su talento en la cocina.

Mateo se quedó callado, sentado frente a mí, con la cabeza baja, como perdido en pensamientos.

Yo, con la mirada brillante, levanté mi pierna y la puse sobre la suya.

Él se sorprendió, me miró sin expresión.

Murmuré:

—Me duelen las piernas, masajea un poco.

Sus labios se apretaron, y su mirada se volvió más profunda, quizá recordando la locura de anoche.

Pero no dijo nada. Simplemente acercó la silla, a
Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP