Capítulo 850
Mateo fumaba tranquilo, con una expresión seria, aunque en sus ojos había algo capaz de matar.

Yo lo ignoré y regresé al sofá con los cuatro strippers que había elegido.

Valerie, tentada, se levantó enseguida, decidida a llevarse a los otros cuatro. Pero apenas se acercó, Alan la agarró del brazo y le dijo en voz grave:

—¡Atrévete a tocar a esos strippers y verás!

Ella parpadeó y respondió: —Solo quería que me acompañaran a beber una copa, nada más.

—¡Yo bebo contigo! ¿Eso no te basta? —gritó Alan, molesto.

Valerie se puso molesta también: —No es lo mismo. ¡Son strippers del Club Platino! Una oportunidad única en la vida.

Mientras lo decía, sus ojos se desviaban hacia los abdominales de los hombres.

Alan parecía a punto de explotar de coraje, pero a ella no le dijo nada más, sino que le lanzó una mirada furiosa a Mateo.

Él exhaló un aro de humo y dijo tranquilamente:

—¿Y qué? Si no la dejas verlos, se quedará con la idea, soñará con ellos o los buscará a escondidas, y hasta p
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