Capítulo 821
En ese tiempo todo era perfecto: mi familia no había caído en bancarrota, mis papás seguían vivos y mi hermano me cuidaba con cariño. Todo era cálido y feliz.

Hasta que Valerie se fue al extranjero y yo me metí con Mateo.

Con el tiempo, todo cambió.

De la nada, Valerie respiró hondo y luego me sonrió:

—Ya, ya, no pensemos más en lo que pasó. Ven, vamos a tomar.

Sí, recordar esas cosas solo servía para ponernos tristes.

Cada persona tiene que crecer, y crecer siempre cuesta.

Tal vez porque sentía que el ambiente no estaba animado, Valerie prendió el equipo de música.

De inmediato, la sala se llenó de ritmos alegres y movidos.

Ella levantó la botella y, moviéndose al compás, me gritó:

—¡Vamos, Aurora, vamos a bailar!

Me reí, agarré una botella y me acerqué a ella.

Bebió varios tragos seguidos y, mientras bailaba, gritaba:

—¡Que se largue Alan, como si yo necesitara a un hombre! ¿Y todavía sale con que no quiere casarse conmigo? Qué risa, si yo tampoco quiero casarme con él.

—Exacto, y es
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