Capítulo 596
—¿Cómo?

Él parecía no haberme escuchado bien, así que acercó su oído a mis labios y me preguntó en voz baja:

—¿Qué dijiste?

—Estoy embarazada, estoy embarazada… —murmuré.

Mientras hablaba, mi conciencia empezó a apagarse.

Justo antes de quedarme dormida por completo, alcancé a escuchar su voz:

—¿Otra vez con tus mentiras? En ese examen que te hiciste decía que no podías tener hijos.

***

A la mañana siguiente, cuando desperté, la habitación estaba completamente iluminada.

Miré a mi alrededor y no vi a Mateo por ningún lado.

Toqué su lado de la cama y estaba frío.

¿Eh? ¿A qué hora se levantó ese hombre?

La verdad, a veces no lo entiendo. Siempre que lo hacemos, es él quien pone toda la fuerza, pero al final la que termina agotada soy yo, y él siempre parece lleno de energía.

Sacudí la cabeza para dejar de pensar en eso, me puse una bata y me levanté.

La cortina estaba medio abierta.

Caminé hacia la ventana y miré afuera: todo Ruitalia estaba cubierta de blanco, como en una película de Na
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