—Anda, come. Cuando termines el desayuno, te llevo a ver a mamá y papá.
Cuando lo oí mencionar a nuestros padres, me di cuenta de que llevaba mucho tiempo sin visitarlos.
Asentí y, en silencio, tomé unos panes y empecé a comer.
Cuando Carlos y yo salimos de casa, de repente sonó su celular.
Solo por su cara de felicidad y ese tono tan tierno, supe de inmediato que era su novia la que llamaba.
Yo me quedé sonriendo a un lado, con los labios apretados.
Al poco rato, Carlos terminó la llamada.
—Aurorita, perdón. Mayi me acaba de decir que necesita verme por algo urgente. Hoy no te puedo acompañar a ver a nuestros papás.
—No pasa nada. Lo que necesite tu futura esposa es más importante. Yo iré sola a verlos. Además, tú los visitas seguido, un día que no vayas no es gran cosa. Anda, ve a verla.
—Jajaja, tú con eso de “futura esposa” a cada rato… como te escuche, seguro se va a poner nerviosa.
—Tranquilo, hermano, yo soy buena cuñada. Delante de ella no diré eso de “futura esposa”, le diré d