Capítulo 1615
—¡Ya basta! —interrumpí al médico, muy seria y decidida—. No lo quiero. Prográmeme la cirugía.

Cuando vio que estaba decidida, el médico me dijo:

—Está bien, está bien. Piénselo bien. Esta noche no se puede hacer el procedimiento porque el médico jefe no está. Venga mañana en la tarde, le doy cita a las tres.

—Está bien.

Cuando salí del hospital, se volvió a nublar y empezó a lloviznar. Me quedé parada bajo la lluvia mucho, muchísimo tiempo, hasta que el cuerpo y el corazón se me congelaron por completo. Solo cuando pensaba en Mateo y en mis Embi y Luki sentía un poquito de calor en el pecho; pero no sabía por qué, cada vez que pensaba en ellos, sentía la panza rara y adentro de mí tenía una sensación que no podía explicar.

Me miré la panza, molesta.

¿Cómo iba yo a... cómo iba a sentir lástima por el hijo de Javier? Seguro eran las hormonas del embarazo que me ponían así. Este es el hijo de Javier, un error que no tiene que existir. ¡No podía sentir lástima por él!

Cuando regresé al d
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