Waylon se rio por teléfono.
—Ya te vi. Sube.
Agarré el cuchillo que llevaba escondido en el bolsillo y entré al hotel.
Waylon estaba en la habitación 1907. Llegué a la puerta y toqué tranquila.
Unos segundos después, la puerta se abrió. Ni siquiera logré ver lo que había adelante cuando una mano grande se lanzó directo hacia mi garganta.
Me asusté y retrocedí de inmediato. Al instante, alguien detuvo esa mano.
Cuando miré bien, vi que el que había intentado estrangularme era Henry. Y el que le agarró la muñeca... era Waylon.
Henry estaba herido, se notaba. Estaba muy pálido, con los labios sin color, y en su camisa negra había manchas oscuras que seguramente eran de sangre.
Me miró como un depredador que acaba de encontrar a su presa. Esa mirada llena de violencia me dio miedo.
Waylon suspiró molesto.
—Quedamos en que Aurora era mi invitada. Te pedí que no hicieras nada impulsivo. ¿Por qué el ataque sorpresa? Menos mal que reaccioné rápido.
Henry suspiró con rabia, retiró la mano y se