El vestíbulo del hotel estaba repleto; casi no cabían las decenas de periodistas y fotógrafos.
Entre el bullicio se mezclaban insultos contra Valerie y palabras de apoyo hacia Camila.
Apreté los dientes y apuré el paso para alcanzarla.
Pero había demasiada gente y apenas podía abrirme paso.
De repente vi que Valerie, cuando corría hacia la salida, chocó con alguien y cayó al piso.
Su gorra salió volando y en ese instante alguien la reconoció.
—¡Valerie está aquí!
—¡Valerie bajó!
Los gritos histéricos bastaron para que la multitud se le fuera encima.
Desesperada, empecé a apartar gente a empujones.
—Valerie, ¿desde cuándo tenías una relación a escondidas con Carlos?
—Dicen que Alan te pidió matrimonio y no aceptaste. ¿Fue por Carlos?
—Cuando te acostaste con él, ¿no pensaste que Carlos era el prometido de Camila? ¿Y la moral?
Cada pregunta era una puñalada.
Valerie se tapó los oídos y gritó, desesperada.
Con mucho esfuerzo llegué hasta ella, la abracé y les grité a los reporteros:
—Lo q