El barman escucha la conversación que ambos tienen frente a él. Nota cómo Clay está algo sospechoso por la forma en la que se ha burlado de cierta manera de la condición del pie de ese hombre. Lo que no le asombra es que sabe cómo es de infeliz y sinvergüenza. Es como si quisiera ocultar algo entre sus bromas pesadas.
Ve cómo ellos se marchan y él corre hacia los cuartos de las chicas. Mientras va, intenta no verse sospechoso, aunque nadie le hace caso. Hasta que por fin llega a la habitación de Yestin. Espera un momento viendo en todas direcciones, esperando no encontrarse con nadie. Abre la puerta entrando a la habitación.
—Yestin, él acaba de llegar —exclamó al entrar a la habitación.
Yestin, que se encuentra en el interior, se espanta. Dando un brinco sobre la cama. Joseph se da cuenta de su comportamiento. Además, mira que ella está un tanto exaltada y con los ojos rojos.
—¿Qué pasa? —preguntó Joseph un poco preocupado.
—Nada, solo estoy un poco nerviosa —respondió