POV Evolet

Han pasado algunos días, ya me siento algo mejor, no del todo, pero sí mejor. Aunque me quedo pensando si hice bien en aceptar ser la hija de este hombre que apenas conozco.

Qué tal y todo sea un engaño y él también quiera hacerme daño. Pero en fin, si mi padre me dijo que confiara en él, es por algo.

En eso escucho que alguien toca a la puerta, sacándome de mis pensamientos.

—Pase —digo en voz alta.

Veo mientras la piedra se abre y veo que entra mi papá Miguel.

—¿Puedo pasar, hija? —me pregunta asomando la cabeza por la puerta.

—Sí, claro, pasa —le digo amablemente.

Él se comienza a acercar hasta donde estoy. Se sienta a mi lado. Pero no me dice nada; solo veo que me mire con una sonrisa.

—¿Pasa algo, papá Miguel?

—Solo vine a avisarte que el doctor ha dicho que ya estás en condiciones de viajar, así que esta misma tarde saldremos hacia Rusia.

—Gracias, me daré prisa en preparar mis cosas.

—No te preocupes por eso; Susan se encargará. ¿P