Mundo ficciónIniciar sesiónLa mañana amaneció clara, con ese tipo de luz suave que parece querer demorar el paso de las horas. En la casa de Sophie había un silencio amable, apenas roto por el ruido del agua corriendo en la cocina y el aroma del café recién hecho. Martina acomodaba su valija sobre el sillón, revisando por enésima vez que no se olvidara de nada.
Aria la miraba desde la mesa, con una sonrisa que no terminaba de sostenerse. Tenía entre las manos una taza de café que se había enfriado hacía rato. Sophie entró con el cabello húmedo y una remera enorme de dormir, bostezando.
—Parece que ya no queda espacio ni para respirar en esa valija —bromeó.
—No sé viajar liviana —respondió Martina, con un suspiro nervioso—. Siempre tengo miedo de olvidar algo.
—Lo importante es que no te olvides de volver —murmuró Aria, sin







