Los días posteriores a la salida al teatro, habían traído consigo una mezcla de emoción y nostalgia. Martina estaba a solo dos días de partir a Canadá, y Aria sentía que, aunque la despedida era inevitable, podía darle un cierre lleno de cariño a esta etapa. La idea de la fiesta le rondaba en su mente desde hacía varios días atrás, pero el presupuesto ajustado y la falta de trabajo le habían hecho replantearse la magnitud del evento. Sin embargo, con Sophie a su lado, incluso las ideas más sencillas podían convertirse en momentos memorables.

Aquella tarde, Aria y Sophie se movían silenciosas en la cocina, preparando pequeños bocados y asegurándose de que todo estuviera listo. Las luces de navidad colgaban del techo y de las paredes, y la música suave creaba un ambiente c&aacu