El aeropuerto se encontraba lleno de pasajeros, murmullos que llegaban a sus oídos, ruedas de maletas arrastradas por el piso del hall, y anuncios en voces femeninas por el altavoz, pero para Rowan nada de eso importaba, su atención estaba puesta en reconocer a su hermana entre la multitud, mientras sujetaba la mano de Aria, quien lo había acompañado.
Una vez más las puertas automáticas se abrieron y detrás de ellas apareció Emily con un bolso de mano y un carrión de color verde oscuro. El cabello castaño oscuro le caía en ondas suaves sobre los hombros, y sus ojos, tan parecidos a los de Rowan, estaban cansados pero firmes. Apenas lo vio, apresuró el paso, arrastrando la carga que traía consigo. Rowan no pudo esperar más; soltó la mano de Aria y corrió hacia ella.
El abrazo entre los hermanos fue fuerte, prolongado, como si en ese gesto intentaran recuperar meses de distancia y, al mismo tiempo, protegerse de lo que venía. Aria observó a unos pasos de ambos, respetando la intimidad d