Capítulo 5 Un favor por pagar

~Pov de Alisha~

En mi camino a la universidad, la mente me daba vueltas. El estrés de todo lo sucedido me pesaba, pero no tanto como la necesidad de conseguir dinero. Quería evitar a toda costa pedir un préstamo. Afortunadamente, había ahorrado un poco y tenía un par de ideas: invertir en la bolsa y montar un negocio de ventas en redes sociales. El solo pensarlo me llenaba de una mezcla de nerviosismo y emoción.

Tan absorta estaba en mis pensamientos que, sin darme cuenta, ya había llegado a mi destino. Levanté la mirada y, de repente, me encontré con Noah.

Noah Gruber. Siempre me pareció un hombre apuesto y tranquilo, un contraste con su poderosa familia farmacéutica. Tenía veinticinco años y, a diferencia de su hermano, prefirió la docencia. Lo conocí por mi hermana y, con el tiempo, se había convertido en un tutor y un amigo al que consideraba como un hermano. Sus ojos color miel brillaban detrás de sus lentes, combinando a la perfección con su cabello castaño claro.

—¡Oh, por Dios, Noah! ¡Qué bueno verte! —exclamé, sintiendo un impulso repentino de abrazarlo. La felicidad de verlo me inundó.

—Vaya, Ali, qué saludo tan efusivo. ¿A qué se debe? —preguntó él, visiblemente sorprendido. Me aparté, algo avergonzada. Nunca había sido tan efusiva con él, y su reacción lo reflejaba.

—Perdóname, es que no te veía hace días y me alegra mucho encontrarte —le dije, intentando disimular la verdadera razón de mi emoción. Era más fácil camuflar el motivo de mi alegría con la historia de mi accidente, que me había alejado de la universidad durante un mes y medio.

—A mí también me alegra mucho verte —repuso, con una sonrisa sincera—. El decano te está esperando, entremos.

Asentí con la cabeza, esbozando una sonrisa. Juntos, procedimos a entrar en el edificio.

Después de una conversación con el decano, salí con el corazón más ligero. Gracias a mis buenas notas y mi media beca, me había concedido una prórroga de dos meses para pagar la matrícula y el último semestre. Una ola de alivio me recorrió.

—¿Cómo te fue, Ali? —me preguntó Noah, que me había estado esperando en el pasillo.

—Muy bien, gracias. No pensé que me esperarías —contesté, una amplia sonrisa en mi rostro—. El decano me dio el tiempo que necesitaba.

—¡Me alegro mucho! Y ahora, cuéntame, ¿cuál es tu plan? Te apoyo en lo que sea —insistió.

Mis ojos se abrieron con sorpresa y una inmensa gratitud. Tomé su brazo y lo enganché con el mío.

—¡Qué bien! ¡Vamos a la cafetería y te cuento todo! —le propuse. Él asintió y caminamos juntos hacia allí.

Pasamos un par de horas en la cafetería. Mientras le explicaba mi plan de negocios, la emoción crecía en mí. Noah escuchaba con atención y, al terminar, sus ojos brillaron de entusiasmo.

—¡Qué buena idea, Ali! Tiene un potencial enorme. ¡Cuenta conmigo! Tengo los contactos adecuados. ¿Necesitas capital? —preguntó con un gran entusiasmo.

—No, gracias, tengo mis ahorros. Solo necesito un buen proveedor que sea de calidad, que me dé inventarios exactos y que las entregas sean rápidas y seguras —expliqué, la expectativa pintada en mi rostro.

—Hecho, Ali. Hablaré con mis amigos y te contacto más tarde para que puedas empezar de inmediato —aseguró con una determinación tranquilizadora.

Una sonrisa de felicidad se dibujó en mis labios.

—Gracias, Noah. No sé cómo podré pagarte este enorme favor.

Noah se levantó, acomodándose su traje.

—Ali, no te preocupes por eso. No necesitas pagarme nada —respondió con una calma que me llenó de calidez—. Bueno, tengo que irme. Hablamos más tarde cuando tenga noticias.

—Claro. Y de verdad, muchísimas gracias —dije con sinceridad.

Me despedí de él, mi mirada siguiendo su figura mientras se alejaba. El futuro, que hacía unas horas se sentía tan incierto, ahora me parecía un poco más brillante.🍃

Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP